Me gusta mucho comenzar todas mis clases con una sesión de reflexión-riña-preguntas-nosequeeseso sobre la Cultura Libre, tema que me ha interesado mucho desde que inicié mi labor académica.
Para ello, pido a mis alumnos el siguiente ejercicio:
Primero, les pido que recorran la escuela y encuentren un elemento gráfico que llame su atención, la ENAP está llena de manifestaciones artísticas, y su trabajo como aprendices de diseño será discriminar imágenes de todo ese conjunto. Una vez que lo elijen, lo copian y bocetan una representación gráfica en una hoja blanca con la técnica y el nivel de de dibujo que tengan.
Después, los alumnos traen como tarea ese elemento realizado “en limpio”, en papel ilustración, de igual forma, con la técnica que elijan y en la que se sientan más cómodos. Particularmente en este paso, les pido que pongan un especial esfuerzo en su realización, que es su primer trabajo de la carrera y que es importante que pongan ahínco en ella. (aprovechando, por supuesto, el entusiasmo natural de los alumnos de primer semestre)
A la clase siguiente, todos (o casi todos) los alumnos llegan con su cartulina ilustración protegida por todos los medios posibles y, algunos, con un especial afecto por su nueva pieza. Recojo cada uno de sus trabajos y luego los reparto entre los alumnos, el punto es que, cada estudiante tenga en sus manos el trabajo de otro compañero.
La siguiente instrucción consiste en modificar el trabajo que tienen en sus manos. Los alumnos constan de 10 minutos para borrar, romper, cortar, pegar, colorear o hacer la modificación que crean pertinente a esa obra que ahora tienen en sus manos. El reto: contribuir a la mejora de la pieza que ahora tienen en sus manos, para ello, pueden usar revistas, colores y demás material previamente pedido para la clase.
La dinámica se repite al menos unas 3 o 4 veces a lo largo de la sesión, así, cada alumno recibe de 3 a 4 trabajos diferentes a los cuales les ponen su propio “toque” realizando alguna modificación.
El resultado de esta dinámica es muy interesante, primero, los estudiantes se enfrentan con el “miedo” a intervenir una obra que no es de ellos y temen hacer enojar al autor, algunos otros sienten “terror” al saber que alguien más intervendrá su gran obra de arte, en la que se esforzaron muchísimo y al cual le pusieron todo su empeño (y quizá, desvelo). A la segunda ronda, todos resultan muy entretenidos con el ejercicio y muchos más se lo toman realmente en serio y olvidan su enojo inicial.
Aquí uno de los ejercicios antes y después de la intervención

Los objetivos de este ejercicio son varios, uno de ellos es que logren desprenderse de la obra y comiencen a trabajar con cierto tipo de “frustración”. Otro objetivo es que pierdan el miedo a intervenir obras siempre y cuando obtengan el permiso de su autor. Cabe mencionar que en cada ronda del ejercicio, el que lo interviene coloca su nombre atrás. El objetivo también es crear varias obras colaborativas y reflexionar sobre los retos, ventajas o desventajas que representa el tan vertiginoso flujo de imágenes y objetos culturales en nuestros días. Además, reflexionamos sobre cómo se genera la cultura, y exploramos el término de la “copia” y el “remix”.


Así, como ellos crearon estas y otras obras colaborativas, es como se crean otros productos intelectuales, como el software, tal es el caso del Software Libre, pilar de la Cultura Libre.
Para cerrar el ejercicio, en casa ven la película Remix Manifesto y Copiad Malditos.
**Este ejercicio está inspirado en la práctica del taller de tipografía libre de Dave Crossland y por supuesto, en el famoso cadáver exquisito propio del manifiesto surrealista. Nada nuevo bajo el sol